miércoles, 9 de diciembre de 2009

LOS WINKS NO ONTEOLÓGICOS DE HEGEL

UNA LECTURA FORZADA DESDE LA FENOMENOLOGIA DEL ESPÍRITU

RESUMEN

PALABRAS CLAVES: Hegel, Fenomenología del Espíritu ontoteología, wink, dialéctica, absoluto.

ABSTRACTS

KEY WORDS: Hegel, Fenomenologia of the spirit, dialectics, wink, absolute/onts-theology


El presente ensayo pretende acercarse a ser una lectura propedéutica de algunos tópicos de la filosofía Hegeliana, específicamente a la “Fenomenologia del Espíritu”. Pretende ser una humilde exposición, sin más ambición que dejar planteado un tema y quizás siquiera comenzarlo, Con toda razón, Hegel, ha sido considerado el mayor exponente del desarrollo del pensamiento occidental. Su obra es amplia y compleja y su desentrañamiento es una tarea titánica, debido, entre otras cosas, a la complejidad de su pensamiento y la lejanía de su idioma con el nuestro, que hace más arduo su lectura .

El presente trabajo es un esfuerzo, es decir, queremos “forzar” intencionadamente el pensamiento de Hegel para que nos diga de qué forma podemos hallar atisbos de una mirada no ontoteológica sobre el pensar en su filosofía o metafísica.

Ya hemos dicho que Hegel representa uno de los momentos culminantes de la Historia de la filosofía de Occidente, en cuanto que es el aglutinador de los procesos históricos de la filosofía anterior y es, según él mismo, el que lleva a la filosofía a su más completa exposición Es, en palabras de Heidegger y el motivo de nuestra investigación, la culminación de una manera ontoteológica de entender la metafísica . Ya el decurso del trabajo nos llevará a desmentir o afirmar lo anterior,

La filosofía hegeliana, en oposición a la de Heidegger, intenta apropiarse del Ser en cuanto que absoluto y con ello habrá elaborado una metafísica que intenta apropiarse del Ser como comprensión de la realidad. Ello respondiendo a una manera ya clásica de entender este proceso que viene dado desde el inicio formal de la Metafísica en Occidente. Afirma Gadamer: “La enunciación de que Hegel representa la culminación de la metafísica comporta una particular ambigüedad que, de hecho, caracteriza la particular posición que ocupa Hegel en la historia del pensamiento occidental” .


PROPÓSITO DE LA FENOMENOLOGIA DEL ESPÍRITU

A partir de una mirada a la Fenomenologia del Espíritu, obra que aparece en 1807 bajo el nombre de “Sistema de la ciencia. Primer Tomo, La fenomenologia del Espíritu” , pretendemos acercarnos al propósito de este ensayo. Este libro marca el comienzo de un intento por rehacer el camino que han hecho los individuos y la humanidad en general para llegar a obtener el conocimiento actual que es encarnado por la propia filosofía de Hegel. Pero, en realidad, los individuos son solo el vehículo del espíritu. el camino de la conciencia natural que pugna por llegar al verdadero saber o el camino del alma que recorre “la serie de sus configuraciones como otras tantas estaciones de tránsito que su naturaleza le traza, depurándose así hasta elevarse al espíritu y llegando, a través de la experiencia completa de sí misma, al conocimiento de lo que en sí misma Es"

Ya en la introducción del texto, Hegel, nos presenta la finalidad de su cometido. Es una invitación a la contemplación del movimiento dialéctico de la conciencia desde la nuda certeza sensible hasta la razón como saber científico absoluto. Es el desarrollo del Espíritu por la historia del pensamiento. Es un viaje de descubrimiento o una carrera de obstáculos para desentrañar esta auto manifestación del Espíritu en la historia por medio de la experiencia, de la percepción y del pensamiento.

Pero ¿Qué es el espíritu? evitando la simplificación, hemos de afirmar que el Espíritu es un elemento (concepto) clave en todo su sistema filosófico, pues le otorga un aspecto original en su estructura filosófica. El Espíritu es “sólo su propio objeto; en su auto intuición, es identidad de representación y objeto (...) espíritu puede ser concebido sólo en su obrar, es sólo en devenir”. Es un sujeto infinito, y por ello universal. Como es sujeto, posee las mismas características de un sujeto finito, pero a escala total. Es un sujeto cósmico que tiene una vida propia. La Fenomenología viene a relatar la vida de ese sujeto, que por tratarse de todo cuanto existe tiene un carácter ontológico, pero también un carácter lógico, debido a que la vida del espíritu se desarrolla de acuerdo a un decurso racional que tiene forma dialéctica; es decir, el espíritu va pasando de un estadio al siguiente a través de una contradicción interna que se resuelve en el estadio superior hasta alcanzar la reconciliación total, el saber absoluto.

HACIA UNA COMPRENSIÓN DE LAS SEÑAS NO ONTOTEOLÓGICAS EN LA METAFÍSICA DE HEGEL

Heidegger afirma que es Hegel quien ha establecido la igualdad entre pensar el Ser y el Ser Para “Hegel, el asunto del pensar es el pensamiento como concepto absoluto. Para nosotros, el asunto del pensar -usando un nombre provisional-, es la diferencia en cuanto diferencia.” En cambio creemos que ello merece de algunas consideraciones que es preciso tener presente.

Hegel en su exposición afirma que el absoluto no se puede conocer como nosotros conocemos un objeto en sí mismo. Digo objeto porque la metafísica tradicional piensa que tenemos un instrumento (organum) por medio del cual podemos conocer el absoluto, aprehenderlo . Esta apropiación del objeto no es posible, según nuestro autor, porque no hay objeto que pueda ser aprehendido por la razón (que es el instrumento acuñado por la metafísica clásica para hablarnos de la aprehensión de la realidad) porque no hay nada que pueda sacar la verdad de lo absoluto “Se podrán poner en el resultado todas las notas que se quieran a cuenta de lo conocido, eso no será nunca lo absoluto, sino aquello que de absoluto ha elaborado la razón concebida como instrumento para conocer lo absoluto.”

Detengámonos un poco más en lo anterior, En la fenomenologia del espíritu Hegel afirma que la razón es un médium que nos puede entregar una orientación, un camino para llegar a conocer el absoluto, el fundamento. Pero que solamente ella quedaría en ello, en ser médium , en ser camino o luz y que no llega a conocer la esencia de lo absoluto, porque si así llegase a ser lo absoluto dejaría de ser absoluto. Sin lugar a dudas que aquí nos encontramos con un elemento cuestionable ¿cómo podemos entonces llegar a conocer el absoluto? ¿Es posible llegar a conocerlo? A esto Hegel tendrá que determinarse a establecer la forma en cómo ello es posible. Al parecer si aquello no es posible, entonces, lo que habrá que afirmar es que el absoluto no se conoce sino que en el absoluto se está, se intuye, se vive en él a modo de vivencia de lo verdadero. Entonces tenemos que afirmar la “unidad” de la realidad entre la certeza y la experiencia de lo absoluto Ello se da a través del concepto que permite generar esta unidad. Un ejemplo de ello lo encontraríamos en la preposición lógica siguiente: “Pedro es hombre”. La lógica clásica ha establecido que Pedro (sujeto) tiene como predicado el ser Hombre, es decir, lo que se predica de Pedro es que es hombre . Sin embargo, Hegel hace otra lectura de esta preposición, nos dice: el hombre es Pedro, es decir, en Pedro se hace vida toda la humanidad. El ser humano se vive en toda profundidad en Pedro o, mejor dicho, en Pedro se evidencia algo anterior y profundo que es la Humanidad del cual él es parte.

Para Hegel ya estamos situados en el ahí del Ser (Dasein), somos de alguna manera, objetos y sujetos de un todo unitario y complejo. Somos absoluto, en el sentido de que formamos parte del todo y somos el todo. Estamos siendo la presencia inmediata del ser y que es, además, el fundamento de la historia de la Humanidad, pero no sólo de ella, que es en la que se manifiesta el Espíritu, sino que es fundamento de todo . Absoluto que busca re-velarse, es decir, ocultándose y mostrándose en la vida del espíritu, que de alguna manera u otra ha intentado exponer la filosofía hasta Hegel.

Lo absoluto es propiamente un signo desapropiador de la filosofía hegeliana, ya que no existe forma de apropiarse de él, pues aquel que quisiera apropiarse del absoluto ya no se estaría apropiando de él sino de aquello que no es absoluto, que es objeto, entidad, naturaleza, pero no absoluto. “Pretender decir algo del absoluto es sencillamente salirse de él”. Es a nuestro juicio, un elemento decidor de la filosofía Hegeliana, un wink, una señal que nos puede permitir encontrarnos con unas fisuras en la elaboración de la metafísica occidental. El absoluto está en el “más allá” de todo aquello que desee conocerlo. En el absoluto se vive, se está en él, el resto es vivir en la falsedad. Por lo tanto, el pensar es, y con ello no pretendo nada más que dejar sentada una luz, un momento anterior que permite, de alguna manera u otra, mostrarnos que estamos en el absoluto, en la medida en que con él se posibilita el darnos cuenta de esta existencia.

Esta idea de absoluto es lo que Hegel, según Zubiri, llama puro ser, en él uno se encuentra, se está, es todo pero es nada a la vez, es la imposibilidad misma de la aprehensión. Podríamos decir que el Ser Puro de Hegel es la afirmación-negación misma de la esencia de lo absoluto, no tenemos más que “estar en el Ser”, no hay posibilidad de decir más de él. ¿No será acaso una manera particularmente distinta pero a la vez una semejante con lo que Heidegger nos intenta decir cuando afirma que pensar el descubrimiento de este develamiento-ocultamiento ya nos entrega vestigios de una manera particularmente distinta de pensar el ser desde el instante como negación de la afirmación del ser, que se niega a ser interpretado por el concepto y la teoría y que prefiere donar-se en la mismisidad del acontecer, pero rehusándose a todo apropiamiento abarcador. Entonces dirá Hegel; “no puede haber un saber del Absoluto (entendiendo subjetivamente el genitivo) porque estaríamos poniéndolo fuera de este y, en la medida en que nada verdadero puede caer fuera suyo, el saber sería lo no-verdadero....o, más bien, NO SERÍA”. ¿No es esto acaso un indicio de la imposibilidad de hablar, decir, el Ser? ¿No es la expresión misma del silencio del ser que se acalla para dar paso a la contemplación?

Avancemos un paso más, el absoluto, y en esto Hegel se aleja de Heidegger, no pretende quedarse en el anonimato del ahí sino que pretende, por un constante afirmarse y negarse, salirse de si mismo y re velarse, por medio de la dialéctica, en un constante devenir que busca “evitar la nada” para poder seguir manteniendo-se, siendo ser. Este devenir en la historia del Espíritu es, a la vez, una forma particularmente coherente de mostrarse – ocultarse del absoluto. El desgarramiento del Absoluto será la nostalgia de afirmarse en el todo.

Pero como Hegel es un hombre atravesado por su contexto cultural, no pudo ver un poco más allá de lo que se estaba tejiendo en su época, la Ilustración y la enciclopedia como elementos culturales distintivos, dejaron a nuestro autor sin llevarnos a aclarar tal vez estos aspectos arriba escarbados. Lo común, lo propio es admirar el pensamiento acabado de Hegel y afirmar que en su idealismo el Ser se identifica absolutamente con el absoluto. En ello estaremos de acuerdo, que el absoluto abarca la totalidad de lo real, nada hay fuera de él, sino que por el contrario, todo él contiene lo existente. Pero también, se nos debe dar crédito en la medida en que, lo anterior, no es afirmar el todo esencial del absoluto, sino una indicación topológica (al modo de decir heideggeriano) del ser. El ser es el ahí, se está en él como lugar indicativo pero no contenido del ser.

La anterior reflexión nos debe llevar necesariamente a profundizar en la dialéctica, como otra señal de carácter no ontoteológico, en la cual podemos, a nuestro juicio, encontrar elementos, giros, quiebres de metafísica tradicional y occidental y tal vez con ello seguir oponiéndonos al pensamiento Heideggeriano de proponer a Hegel como el “culminador de la Metafísica”.

LA DIALÉCTICA COMO FISURA EN LA COMPRENSIÓN TRADICIONAL DE LA METAFÍSICA HEGELIANA

“El Espíritu, ciertamente no permanece nunca quieto, sino que se halla siempre en movimiento incesantemente progresivo.” La dialéctica, como estructura dinámica de la manifestación del espíritu de lo absoluto en la historia de la Humanidad , es una señal que nos puede llevar a un decir que no es necesariamente metafísica.

La estructura ontológica de la dialéctica, entendida por Hegel, nos plantea una lectura más bien distinta a la que tradicionalmente hemos hecho de ella. Una lectura analítica nos permite ver en su despliegue los momentos progresivos de su devenir. La afirmación – negación del ser es el elemento vertebrador de ella. Para Hegel el devenir es el paso de una afirmación a su negación, de un si a un no que funciona como aspecto intrínseco de su constitución. La realidad histórica, nos dirá Hegel, es un despliegue de las contradicciones entre el ser y el no ser, del cual, surgirá una nueva manifestación del espíritu que es superación y a la vez negación de las anteriores; es progreso y retroceso. Esta negación de la negación , es algo absolutamente nuevo en comparación con los dos presupuestos anteriores, que los incluye pero de manera definitivamente distinta, no es una simple negación sino que es un paso nuevo que pretende ser posibilitante de una nueva realidad. Esta nueva realidad es un salirse. Es elevarse, es superarse, En este sentido, diremos que la dialéctica es ascendente, no descendente. La negación de la negación (o síntesis) viene a ser originaria y originante, es un acontecer circular.

Hegel nos expone en su dialéctica que el ser es un devenir . En ningún caso se aprehende en un momento histórico determinado, en el mismo momento en el que éste está a punto de aprehenderse, entonces, se niega a sí mismo, se oculta, se vuelve otro, se desvanece en la negatividad de lo no ser. Se vuelve contradicción. Se niega a sí mismo y se obstaculiza su comprensión. Esta nueva sin – tesis , es decir, sin apropiación del ser, que es lo nuevo, lo anterior a todo intento por desentrañarlo se transforma en una posibilidad nueva de ser , se vuelve contradictorio para si. Ya no hay posibilidad de metafísica que lo aprehenda sino en la negatividad de la negatividad, que no es ser (no es tesis sino no tesis, ni tampoco mera contradicción de la tesis) sino negación de la primera negación de lo que Es. Superación de la superación que no puede ser afirmada sino negándola.

CONCLUSIÓN

Hasta aquí hemos planteado ciertas interrogantes a la postura Heideggeriana de concebir la metafísica Hegeliana como una expresión culminante de la metafísica occidental. Hemos de concordar con Heidegger que en toda metafísica hay fisuras en las cuales podemos notar elementos no onto- teologicos
Que nos permiten valorar una forma particularmente nueva de plantearnos la pregunta por el Ser.

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